domingo, 26 de mayo de 2013

¿Cómo ha afectado la discusión a mi comprensión de la obra?

      Nunca me había planteado la cuestión de cómo una obra había cambiado algo en mí, de cómo me había hecho pensar de manera diferente o ver algo que antes no había visto.
         Me he dado cuenta que la obra de Süskind me ha llevado a reflexionar y a pensar que realmente estamos influidos por la sociedad que nos rodea. En este caso el autor nos ha permitido al largo de la obra ver e indagar en aquello que nos hace plenamente humanos y a su vez, reconocibles a nuestros semejantes. Y es aquí cuando pensé, realmente, nunca me había dado cuenta de cómo es de importante el olor, utilizamos muchísimos productos, para, de alguna manera, camuflar parte de nuestra propia esencia. Puede que lo hagamos inconscientemente y por ello digo que estamos influenciados por nuestro entorno. Esto son acciones que ya desde pequeño nos inculcan, acciones que en muchas ocasiones hacemos porque otros las hacen. 
         La sociedad, el lugar donde vivimos, de donde venimos, adonde vamos. En este caso, París. ¿Por qué en París? Porque, era y es considerada la cuna de los perfumes y eso nos permite reconocer la manera en que nos ha presentado la acción el autor, la manera más perfecta y a su vez, antitética. La que nos permite oler sin ser olido, guiarnos por lo intangible, Grenouille y su don, la perfección de la ciudad en comparación con los propósitos de uno de sus habitantes; amor, odio, asco, belleza. El espacio y el tiempo que entrevemos a lo largo de la obra, le dan algo muy peculiar que tan solo un verdadero creador, podría conseguir. El creador de la psicología de sus personajes, el creador de una historia, y de aquello que ha llegado a nosotros mediante el arte, el arte de crear, y cambiar.
         Todo ello es causado, provocado y creado por palabras. Las sensaciones, emociones y experiencias que hemos vivido a lo largo de la obra han sido transmitidas por ellas mismas a través de lo negro sobre blanco, del don que puede manipular al ser humano; las palabras. Alguna vez he oído; ‘’ quien domina las palabras, domina al ser humano’’ y, en cierta manera, puede que sea así. El arte de saber hablar, escribir y a su vez leer y escuchar para luego, con todo ello, crear la combinación más perfecta de todas, la que uno mismo le da a su propia vida a través, de su propio don.
 

miércoles, 22 de mayo de 2013

La sentencia como acto de amor



Resumen
La sentencia puede ser un acto de amor. Debe, no obstante, contener la noción de
alteridad y estructurarse con base en la narración. Justicia sin amor es poco humana
y solamente instrumental, una vez que se distancia de la solidaridad y se funda en el
egoísmo. La poesía puede contribuir para que se entienda el lado humano de la Justicia.

Introito
La sentencia puede ser un acto de amor, pero antes que todo debe también acoger la noción de alteridad y estructurarse en base a la narración. La vida de un hombre sin amor es la subsistencia de un alma sin historia, la versificación de un poema sin metáforas,la argumentación de un proceso sin personajes. La justicia sin amor tiene poco de humana y es fríamente instrumental, porque rechaza la solidaridad y se afianza en el mero egoísmo. Aquí un conjunto de poemas desde la justicia, que devotamente se entregan al estilo de un aplicado cronopio.

La Justicia de la alteridad

Muchos consideraban a Jean-Baptiste Grenouille como un monstruo, porque carecía de todo tipo de aroma y no albergaba en su corazón ninguna clase de sentimiento, por lo que su único objetivo en la vida consistirá en fabricarse un perfume que lo dote de aquél atributo humano del cual estaba desprovisto. Esta es la trama de la novela El Perfume, del escritor Patrick Süskind (1993, p. 223), que nos permite indagar sobre aquello que nos convierte en seres humanos y nos hace reconocibles entre nuestros semejantes. ¿Acaso la metáfora de un hombre sin aroma puede revelarnos la necesidad de una justicia de la diferencia? Lo cierto es que la pretensión de Grenouille esconde la exigencia de mayor humanidad en un mundo completamente deshumanizado, la urgencia de amor en un sistema plagado de injusticias, y la reconfiguración de las sentencias a partir del reconocimiento de la vida. Para Ricoeur (1997, p. 14) la virtud de la justicia se establece a partir de una distancia con el otro, tan originaria como la relación de proximidad ofrecida en su rostro y en su voz, acaso también en su aroma; por lo que el lugar filosófico de lo justo se encuentra en el deseo de una vida lograda con y para los otros en medio de instituciones justas. De esta forma, según este filósofo, es necesario entablar una dimensión dialógica entre el sí mismo y el otro a través de la institución encarnada en el personaje del juez, y cuyo propósito no es instaurar lo bueno ni lo legal, sino lo equitativo en situaciones de conflicto (Ricoeur, 1997, p. 26). Así la justicia viene ligada al deseo integral de vivir bien con respeto a los derechos de los demás y considerando al otro como un ser humano igual a uno mismo y susceptible de ser juzgado por la justicia no con los ojos vendados, sino plenamente conciente de que se trata de una persona que merece ser tratada con dignidad y respeto a sus derechos. El ingreso a la alteridad permite reconstruir el tejido roto de la justicia con la sociedad, de las instituciones con el hombre común, de los sentimientos del juez en relación con las partes, para develar el trasfondo profundamente autoritario a que responde la justicia sin rostro de los tribunales contemporáneos. En estas circunstancias no es entonces casual encontrar criminales sin olor, víctimas sin voz, litigantes sin alma, todos ellos exigiendo unánimemente un poco de sensibilidad y quizás algo de comprensión a sus dramas personales. La metáfora de un hombre sin olor es en gran medida menos dramática a la de un juez sin corazón.

miércoles, 15 de mayo de 2013

''La naranja mecánica''


La distopía en La naranja mecánica

         Definimos distopía como; sociedad consecuente de tendencias sociales actuales y que llevan a situaciones que se consideran indeseables. El término fue acuñado como antónimo de utopía.
         En su propio título ya vemos que se refleja una especie de crítica del comportamiento o de la sociedad que se presenta en la película ‘’La naranja mecánica’’, refiriéndose a la presencia de una maldad tan extrema que es capaz de subvertir la naturaleza.
         Pasando a la película, a la historia, vemos como presenta una sociedad en la que los vicios se han exagerado, una sociedad llena de criminales sin corazón, sin piedad, que solo tienen un objetivo en su vida; cumplir todos sus deseos, sea cual sea su precio. El protagonista no es sino víctima de un aspecto muy importante de la distopía a la que da lugar la película, la falta de libre albedrío, la falta de elección, la pérdida de esta mediante técnicas que destruyen la voluntad del hombre. Podríamos hablar a su vez de la represión que ejercen los órganos de la sociedad en la película, de los órganos de represión como tales.
“La Naranja Mecánica” es el reflejo sarcástico e irónico de cómo los países entrenan criminales para mantener el orden en la sociedad, tomando la palabra “orden” como la castración de la creatividad y a su vez, del libre albedrío.  
Podemos apreciar la metáfora final como si el autor hubiera querido hacer ver que a pesar de todos los esfuerzos, la naturaleza humana siempre sigue un curso y llega a su fin, sea cual sea este, y este mismo es el que nace de cada uno y es el que nosotros mismos implantamos en nuestra sociedad.