GOYTISOLO Y GOLDING: LA CIVILIZACIÓN TRANSFORMADA EN LA
BARBARIE
ELIZABETH S. ROGERS
Es
interesante notar que dos escritores de distintas culturas nacionales dentro del espacio de un
año han examinado en forma novelística semejantes problemas humanos con
historias bastante paralelas. Señor de las moscas(1954) del inglés William
Golding, es, entre otras cosas, la respuesta posguerra mundial al clásico
cuento infantil de R. M. Ballantyne La isla de coral, mientras que Dueloen el
Paraíso (1955) es el posible resultado de las experiencias juveniles de Juan
Goytisolo durante la guerra civilespañola.1
El argumento básico de las dos obras es el siguiente.
Como resultado de una guerra, un grupo de jóvenes se encuentra físicamente
separado del resto del mundo. Gozan de su nueva libertad fuera del control de
los adultos y establecen su propio tipo de reglas sociales. En Señor de las
moscas escogen una democracia pero muy rápidamente se desintegra en una
dictadura. En Duelo en el Paraíso se ve una dictadura desde el principio.
Curiosamente el resultado es igual: comportamiento primitivo y violento de
parte de los jóvenes que resulta en horrendos asesinatos. Al fin el mundo
civilizado de los adultos en la forma irónica de los militares salvan a los
muchachos de sí mismos.
Personajes y cambios de conducta
En Señor
de las moscas cuatro personajes son centrales a la acción: Ralph, Piggy, Jack y
Simón. Ralph es el elegido líder de un grupo de muchachos ingleses que
sobreviven un aterrizaje en una deshabitada isla tropical. El desesperadamente
trata de cumplir su responsabilidad y dirigir los esfuerzos del grupo para
sobrevivir y eventualmente para su rescate. Le ayuda Piggy, un muchacho gordo y
asmático que simboliza la lógica y el pensamiento racional en la novela. Los
dos, Ralph y Piggy, se hallan débiles en contraste con Jack, el jefe de los
niños de coro. Jack es arrogante, valeroso y envidioso de ser el líder del
grupo entero. Acepta con dificultad la selección de Ralph, y Ralph astutamente
le nombra su ayudante, dándole a él y a su grupo la responsabilidad de mantener
el fuego de señales. Poco a poco decae la organización y se define el conflicto
entre Ralph y Jack. Mientras el poder y la influencia de Jack crecen, él atrae
a sí mismo a más y más jóvenes por miedo y por la animación de la caza. Las
súplicas de Ralph por comportamiento responsable—es decir: guardar el fuego,
construir cubiertos, obedecer las reglas—no tienen efecto. Al tener buen éxito
en la caza, toda la actividad constructiva cesa. Olvidan el fuego, las
inhibiciones desaparecen, y debajo de una máscara de pintura guerrera los
muchachos se convierten en seres primitivos y salvajes. Lo que contribuye a
esta transformación es el miedo de lo desconocido, la Bestia. Este miedo se ha
extendido de ser un asunto de pesadilla a una realidad aceptada, aceptada por
todos salvo Ralph, Piggy y Simón. Convencido de la existencia de la Bestia y,
por eso, de su poder, Jack juzga que es apropiado que le ofrezcan una
propiciación a la Bestia. Así coloca en un palo la cabeza de un cerdo
sacrificado. Es esta cabeza que da origen al título, Señor de las moscas.
Jack emplea este
artificio para resguardarse del miedo de lo desconocido y al mismo tiempo
fomentarlo. La ofrenda es en efecto un reconocimiento de la maldad; la Bestia
tiene que ser apaciguado.
El cuarto
joven, Simón, es un visionario. Es él, muy temprano en la novela quien sugiere
que la Bestia es tal vez "solamente nosotros." Cuando por fin todos
ven la Bestia y huyen, es Simón quien se decide a investigar. Al subir la
montaña se encuentra con la cabeza enjambrada de moscas, y en un estado
hipnótico experimenta una conversación con la cabeza que corrobora sus
sospechas:
Cuando
Simón llega a la cima, descubre que la Bestia no es más que el cadáver de un
paracaidista y vuelve a decirles a los otros que no hay nada que temer. En la
oscuridad el grupo toma a Simón por la Bestia y lo mata.
Mientras
aumenta el conflicto entre Jack y Ralph, Piggy también es matado por el grupo y
cuando se termina la novela los muchachos están cazando a Ralph, la única voz de
la razón y la única competencia que les queda. El es salvado de la muerte
segura por la llegada de un crucero naval.
En cuanto
a los personajes de Duelo en el Paraíso, el protagonista es Abel Sorzano, chico
de doce años y huérfano de padres muertos en la guerra civil. Es asi víctima de
los tiempos y producto de un ambiente guerrero donde "los símbolos perdían
su valor y no quedaba más que eso: el hombre, reducido a sus huesos y a su
piel, sin nada extra- 624ño que lo valorizara."
Abel viene a
vivir en una finca decaída, irónicamente nombrada El Paraíso, con su medio loca
tía abuela Estanislaa cuyos propios hijos murieron desde hace unos anos. Aquí
Abel tiene contacto con los muchachos refugiados de una escuela cercana. Los refugiados bajo su líder el Arquero,
imitando las acciones de los adultos guerreros, finalmente ejecutan a Abel como
traidor.
Abel es comparable a Piggy y Ralph en unos aspectos. Como
Piggy, es huérfano y ha vivido con una tía. Y como Piggy es un ser desechado,
nunca aceptado por el grupo total que lo destruye. Respecto a Ralph, es víctima
de las circunstancias, traicionado por los muchachos que proponen su muerte.
Se pueden encontrar semejanzas también entre Abel y Simón.
Los dos son víctimas de asesinatos brutales Simón en una orgía subhumana, Abel
en un juicio burlado. Las dos muertes resultan de acciones bárbaras sin
sentido.
Por otra parte, los antagonistas Jack y el Arquero
demuestran que el poder de personalidad y fuerza gana sobre la inteligencia y
la razón en el éxito de un líder. Los dos son agresivos y físicamente fuertes,
y pueden imponer su voluntad, encargándose del grupo por miedo y fuerza brutal.
Estas dos figuras autoritarias son últimamente arrogantes, amorales,
sanguinarios y sin escrúpulos. Cada uno establece reglas que todos deben
obedecer bajo la amenaza del castigo. Jack, deseoso de ser líder de una tribu,
los disciplina como cazadores. El Arquero convierte a su grupo en un ejército
de soldados con el fin de establecer una utopía, una ciudad de muchachos donde
serían libres y no obedecerían jamás a nadie. Como en todos los casos del despotismo,
la acción se emplea por sí, basándose en miedo, pasión, sangre y violencia. Es
Jack que dirige en la eliminación de toda la competencia y es el Arquero mismo,
después de acusar, juzgar, y condenar a Abel, el que lo ejecuta con una bala en
la sien. Así es que la figura despótica tiene éxito y las fuerzas de la razón y
la lógica quedan eliminadas en el proceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario